jueves, 22 de mayo de 2008

VIRUS

La primera vez, ¿recuerdas aquella primera vez? La recuerdo, la recuerdo en todo su gloriosa y vibrante existencia.
Yacíamos en ese estado entre la conciencia y la realidad virtual; nuestra piel plástica intercambiando el caliente y refrescante sudor con olor a Diesel, sobre las antes suaves y apacibles sabanas, ahora húmedas y estrujadas, resultado de nuestra fusión andrógina.
Me tenías en tus brazos (¿Eran cinco o seis?) y bese la piel blanca de tu cuello; mojada y fría. Deje que mis labios reposaran allí por un rato. ¿Por qué? ¿Qué fue lo que sentí entonces cuando presione fuertemente mi boca a tu garganta? Era la palpitante vibración de tu pulso, el flujo y reflujo de la vida artificial. Deje mi lengua cobriza retorcerse adelante y atrás sobre el camino levantado de la estratagema de tu suculenta vena negra.
Algo se revolvió en mí, algo se despertó. ¿Por qué sucedió en ese justo momento? No lo sé. ¿Cuántas veces te he cubierto con mis besos de ceniza? ¿Qué tan a menudo te he acariciado, te he amado? Pero no puedo confundir ese momento justo en que me di cuenta que quería beber de ti, sorber de tu misma esencia, tu vida, tus archivos, tu sangre de aceite.
¡Oh Dios! Recuerdo la pasión que despertaste entonces en mí, como ninguna otra sensación que hubiera experimentado en algún simulador tiempo atrás, además de que siempre te he amado ferozmente. ¡Y esta nueva y acrecentada cyber-pasión me aterrorizó! Hizo que cada terminal nerviosa de mi cuerpo vibrara con torturante deseo, con un deseo doloroso y una terrible necesidad.
Pero, ¿Cómo podría decírtelo? ¿Cómo podría decirte, mi ángel mecánico, que deseaba cortar a través de tu pálida y perfecta piel sintética con el borde brillante de acero afilado de mis uñas? ¿Cómo podría decirte que quería lastimarte, hacerte gritar de dolor? ¿Cómo podría decirte que deseaba verte sangrar? ¿Cómo podría decirte que quería lamer la sangre negra de tu dolorosa y efusiva herida lineal? ¿Cómo?
Despertaste de tu letargo, reiniciando todos tus sistemas. Acunaste con tus manos mi cara (una de ellas), te conectaste a mi interior mucho mas allá de lo que yo alguna vez lo he hecho contigo, buscando alguna pista, un indicio de mis pensamientos. ¿En qué irrealidades me encontraba sumergido? Me conoces demasiado bien que nunca podría ocultarme de ti aunque tratase.
¿Qué es lo que tanto deseas?, preguntaste.
Tu hermoso rostro plateado estaba cubierto de preocupación. Sentiste mis ansias por algo y supiste que me era algo difícil de ocultar, de encriptar. Supiste que había una sed en mí que debía ser saciada.
Entonces me confesé a ti, transferí todos los archivos de mi corazón, susurrándote a través de la oscuridad de la incubadora, incapaz de mirarte, temiendo que te alejaras de mi, que repelida y disgustada conmigo te fueras, que tu amor por mi se dañara y fuera borrado en un instante.
Pero cerraste los ojos lentamente. ¿Era eso, acaso, una sonrisa que jugaba sobre los engranes de tus labios?
Dejaste el simulador. Mi cabeza se lleno de imágenes tuyas viajando a través de la red interna de la casa, recogiendo tus pertenencias aquí y allá.
Pensé que volverías a la incubadora y apresuradamente lanzarías a un acumulador con cosas, ropa y zapatos y me dirías que volverías alguna vez para recoger el resto.
Pero no, volviste y allí estabas parada frente a mí. Un destello neón del claro de alguna luna se deslizo entre el tupido y pesado cristal de las paredes y encontró el borde destellante de tu labio superior. Sonreías.
Te acostaste a mi lado y con aquella sonrisa me tomaste mis afiladas manos.
Entonces dejaste caer tu cabeza hacia atrás, para un lado, exponiendo a mí tu garganta. El amor que sentí por ti en ese momento, la confianza que me demostraste, esa confianza absoluta, esa devoción…
Dibuje con mi uña a través de tu piel siempre tan suave, una caricia afilada que entrecorto tu intra-respiración. Un dolor exquisito que altero la estabilidad del sistema por un instante.
Miré fijamente y con temor, la corriente aceitosa de sangre que broto de tu garganta, encantado por su lenta, muy lenta progresión. Recorrí con mi dedo índice la longitud de la pequeña corriente negrusca y lo froté entre mis dedos, saboreando su pegajosa y rica textura. Me mirabas mientras yo atónito me quede viéndote, mientras me jalabas hacia la herida en tu garganta.
Ese momento pareció durar por siempre entre mi deseo y la sensación de tu suave, delicada y frágil piel bajo mis labios. Cerré los ojos mientras sentía el calor de tu herida y resbale mi lengua debajo del látex de tu piel. Jadeaste bajo la influencia de ese poderoso vínculo: dolor y placer. Agarraste los cables de mi cabello con todas tus manos, suavemente gimiendo y respirando pesadamente en mi oído como cada vez que hacemos el unimos nuestros núcleos.
Presionaste mi beso más y más profundamente mientras probaba el combustible de tu cuerpo por primera vez, tu dulce y espesa poción me intoxico. Supe entonces que no podría vivir de nuevo sin eso, esa nueva sensación, ese nuevo amor que encontramos juntos, esa pasión oscura y peligrosa que sabía que llevaríamos dentro por siempre. Nuestro fetiche de sangre y gasolina.
Entonces te levantaste, y te pusiste sobre mí, me empujaste sobre mi espalda y sangraste en mi boca impaciente. Me besaste fuertemente probando tu propia energía de mis labios, lamiéndola de mi boca de mi cuerpo obsoleto. No puedo describir la voluptuosidad de la sensación. Sentí mientras me cortabas y bebías de mí, reemplazaste todo archivo de mi vida en ti, me saboreaste. Te amo.
Y así recostada a mi lado, te miré sumergida en tu letargo virtual. Tu tan dolorosa y perfecta belleza me hincho el corazón, provocando en mis ojos una nueva versión de llanto.
Pase mis dedos por las pequeñas cicatrices en tu piel. Toque mis propias heridas. Ame la textura de mis propias cicatrices igualmente; las pequeñas líneas levantadas que has hecho en mí, las heridas de nuestro deseo.
Te retorciste roboticamente bajo mi tacto abriendo los ojos. La punta de mis dedos plateados presionaba mi vena favorita de tu cuello. Sentí el bombeo de tus siete corazones, ese sensual latido que hace que mi piel se queme y me deje el alma sedienta, que hace que me duela el cuerpo.
Mire en la oscuridad de tus ojos y me vi reflejado allí, vi el hambre en mi cara, y te vi sonreír de la misma manera, con esa sonrisa que me dice que tú también me deseabas; la simple sonrisa que me dice que tú también lo querías.
Te amé por darme eso y tú también me amaste por ofrecértelo: Aquel virus virtual que consumió nuestras almas hasta la extinción...

DEDICATED TO THE FORGOTTEN MACHINES: S.M.I.R.E.L.L.P.M

2 comentarios:

Merlina dijo...

*0*0*
wow
tamb t kedo muy muy muy genial!
no no genial
muy chingon
*0*

felicidades
:]

q signifik S.M.I.R.E.L.L.P.M

soy
muy
inteligente
respetenme
ee!
llorones
pedos
mariados

SA de CV??

XD jaja eso q?

salu2°°!!

Merlina dijo...

:S

no pud scribir nada aier ni antier .. o no se q dia t dije XD jaja esq tengo mala memoria,
pero ia sta

aun tengo curiosidad por saber q son esas letras smirellpm
xD
...la curiosidad no mató al gato, lo mató la vecina y asi

...

jajaja eso q?
weno se cuida!
saludDos