miércoles, 20 de agosto de 2008

Ritual Primero.

Otro día sin tu imagen; sin el cristalino cansancio de tus ojos por la mañana, sin el brillo de tu cabello alborotado al despertar, sin ti.
Acaricio el papel con tus letras marcadas, percibo el tenue aroma de tus manos sudorosas y llenas de nervios, como no queriendo escribir nada. Si fuera tan fácil decirlo. Nunca lo será. No te vayas n silencio. No te vayas.
Sigo hablando de cosas que jamás tendrán sentido, letras nunca escritas, cuentos de otros libros, canciones nunca escuchadas. Y trato de escuchar una respuesta escondida; en el silencio del cuarto a medio pintar, en el frio del armario vacio, en el tenue palpitar de la cama solitaria, recordando junto a ella tú grito de desesperación, el ansia por las noches y esa manera tuya de perder el control una y otra vez.
Esto se derrumba con lentitud infinita, convirtiendo en cenizas el brillo de las risas guardadas en las fotos y las cartas, derritiendo el plástico de los sonidos que acompañaron nuestra juventud marchita, el alcohol que se evapora cada noche después de que tú recuerdo sale por la puerta a las tres de la mañana.
Sigo solo. Camino entre gente intangible, escucho el ruido citadino y ya no me importa, otra moneda sale de mi pantalón y persigo de nuevo nuestro ideal de rebeldía, tal vez así te encuentra en los mismos lugares, con las mismas canciones, con el mismo humo de cigarro adhiriéndose a la ropa, con el mismo cansancio de la resaca del domingo.
Otro fin desperdiciado, la misma banda tocando las mismas canciones de la misma persona que juro que amor nos separaría y termino muerto en vida igual que yo.
Salgo cada tarde a buscarte, atado al candor del sol que quema mis ojos, abrazado a un recuerdo, a un momento, a un millón de lagrimas derramadas sin razón, a un pasado que necio se sigue vistiendo de futuro. Nunca te encuentro.
No se que hare cuando los años pasen, cuando te imagine igual de vieja, con el calor apagado y la ropa vieja, con los colores de tiempos que jamás volverán, cuando voltees y yo no este allí. ¿Qué pensaras? Prefiero no saberlo.
Yo que espero y tú que no llegas. Yo cortejando a la Muerte y tú que ni te enteras. Yo que muero y tú que vives.

Dash 2008

1 comentario:

Merlina dijo...

holaa!

aveces me he preguntado porque no decirse todo esto a la cara?
aveces me he preguntado si los escritores ( pudiera decirse que los poetas ) son tan cobardes
o si realmente son soberbiamente valientes.
pero solo aveces...

:]
como t va?

y como t fue en SLP??