¿Cómo me dijiste que te llamabas?
¡Cierto!, nunca me lo dijiste…
Bueno, mi nombre es X ¿y tú?
Llámame Y.
El tiempo pasa suave con la brisa.
Las sirenas cantan una vez más
mientras tus lágrimas consuelan
a vagabundos y desahuciados.
¿Se termino el vino señorita?
¡Maldición!, no tengo más…
Bueno, nos queda café ¿gusta?
Sírvame un poco.
Las Ninfas corren desesperadas,
huyendo de la pasión del fauno.
Las ropas caen sobre el pasto
y la adrenalina fluye ligera.
Me desangre afuera de tu casa,
para no manchar tu alfombra persa.
Me corte las manos y la lengua,
Para no tocar el mármol de tu cuerpo.
Miss Y, le hago saber mis intenciones.
Que mis manos están cortadas,
Que estoy mudo y desangrado,
Pero aún así le busco…
Busco su calor y su presencia…
¡Con calma señor X!, que la noche
Es negra como mis ojos,
Y es larga como el Nilo.
Y ya me termine el café…
Dash 2008