Ate todos mis recuerdos con la cuerda negra del fastidio;
Y llene la vieja copa por última vez.
Los ángeles caídos desgarraron y quemaron sus ropas finas;
Uniéndose a la eterna y mundana bacanal de mi locura.
Así bebí el veneno hasta la última gota.
Las nubes blancas se convirtieron en lodo bajo nuestros pies;
Vaticinando el llanto del divino creador al perder otro hijo
Mientras que mi ser ardía en pérfida pasión.
La sustancia etérea de mi cuerpo torno en simple barro negro
Y hogar ardió en las llamas de un delirio apenas nacido.
Y me alimente de sus cenizas...
Un nuevo e innombrable monstruo surgió de entre el pecado.
Encerraron mi alma en una prisión de carne y hueso
Y me condenaron a deambular en la tierra.
Dash 2008